martes, 2 de abril de 2013

La LOMCE, ¿Una mejora educativa?


Nuevo gobierno, nuevo ley educativa. Esa parece ser la tónica continúa en todos estos años en el Estado Español. LOE, LOGSE, LOCE, etc, etc, etc. Pues bien, ahora nos llega la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa).

¿Qué podemos esperar de esta nueva ley? Lo mismo que podríamos esperar de toda aquella ley instaurada en los gobierno del capitalismo, y más en este crisis cíclica en la que todo se recorta (sanidad, justicia y, sobre todo, educación).


La LOMCE no es más que una ley que justifica la devaluación de la educación pública, una educación elitista, una ley que resta capacidad de decisión a los consejos escolares (haciéndolos exclusivamente consultivos), una educación que abre las puertas a la total privatización de la educación pública (tanto Universidad, como Bachillerato, como la Educación Infantil, los FPs, las escuelas de arte, etc), una ley que ni siquiera te va a garantizar el disponer de tu graduado escolar (dice textualmente: “Tras cursar el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria o se vaya a incorporar de forma excepcional a un ciclo de Formación Profesional Básica, se entregará a los alumnos un certificado de estudios cursados”, lo cual no es lo mismo que el graduado), una ley que pierde la función de la educación de la transmisión de valores sociales y de convivencia por convertirse en una mero instrumento de la oligarquía dominante para obtener mano de obra barata (a través de la promoción continua de los FPs, o lo que es lo mismo, trabajar sin ver un solo duro) y con vistas a exclusivamente la depredación en la competitividad y el generar seres sin conciencia que solo sirvan para trabajar para satisfacer a su amo (la ley señala textualmente: “… motor que promueve la competitividad de la economía” y “… una apuesta por conseguir ventajas competitivas en el mercado global”.

Me he dejado muchas cosas en el tintero, como la eliminación de asignaturas “de 2ª” (cómo las ha considerado el Ministro de Educación en declaraciones recientes) como la Música, la Plástica, la Cultura Clásica… e incluso la Filosofía, la cual deja de ser obligatoria y es cada centro quien decide ofertarla o no. También las subvenciones a los colegios, los cuales serán clasificados de forma oficial, obteniendo todas las modalidades los que más recursos tengan, la forma de fomentar la segregación de los alumnos en “listos” y “no listos”. Y, por si fuera poco, no sólo la Educación Pública se va a ver casi derrumbada, sino que esto servirá de excusa para la promoción y subvención de la Privada, contemplándose en la ley que pueden haber subvenciones a colegios privados “si hay demanda social” (¿Hay quién entienda esto? ¿Demanda social de los privados una vez derrumbas a los colegios públicos?) o haciendo que los procesos de admisión sean idénticos tanto en públicos como en privados.

En fin, para concluir, la educación está viendo cómo las concesiones que se habían conseguido con la lucha del pueblo se las van quitando, porque la oligarquía dominante ve que, ante una situación de crisis, puede reducir en ciertos ámbitos sin tocar ni un solo de sus privilegios, aprovechando de ésta forma la debilidad en la lucha de los sectores populares para llevar a cabo sus maniobras de control económico e ideológico sobre la juventud, haciendo de ésta unos meros autómatas que estén dispuestos a salir sin rechistar a la competitividad económica para enriquecer sus beneficios.

Como dijo Bertolt Brecht:
“¿Si los tiburones fueran hombres -le preguntó al señor K  la niña de su casera-, serían más amables con los pequeños peces?'' - Naturalmente - respondió él -. Si los tiburones fueran hombres harían construir en el mar grandes cajas para los pequeños peces, (…)  Evidentemente estas cajas estarían equipadas con sus correspondientes escuelas. Los pececitos aprenderían en esas escuelas cómo debe nadarse en las fauces del tiburón.”



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